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viernes, 7 de enero de 2022

Tres versiones rivales de la ética, recensión al libro de MacIntyre

Hace bastantes años escribí una recensión a este libro de Alasdair MacIntyre, filósofo 

escocés que en estos días cumple 93 años. Al releerla ahora, me parece que el libro conserva plenamente su interés, y por eso la transcribo.

 Entre tanto pensamiento valioso, destaco su afirmación de que no hay diálogo entre los que se dedican a las Humanidades o a las Ciencias Sociales, porque eso exige compartir un acuerdo mínimo, sobre qué es el hombre, qué es la verdad y cuáles son los criterios de racionalidad.

MACINTYRE, ALASDAIR,  Tres versiones rivales de la ética. Enciclopedia, Genealogía y Tradición. Madrid. Rialp, 1992.

Título original: Three Rival Versions of Moral Enquiry. Encyclopedia, Genealogy and Tradition. University of Notre Dame Press, 1990.

MacIntyre nació en Escocia el 12 de enero de 1929. Hizo un largo recorrido intelectual, como filósofo analítico, anarquista y marxista. Descubrió el aristotelismo y luego la síntesis tomista, a la que se adhirió con firmeza. El punto de inflexión se manifiesta en su libro After Virtue (1982), que tuvo enorme difusión. El libro que ahora comentamos refleja ya la madurez de su pensamiento tomista, y se ha constituido en una referencia obligada, no solo en temas de Filosofía moral, sino en cuestiones culturales amplias, y en temas educativos, como la misión de la universidad. Se recogen en esta obra diez conferencias pronunciadas por el autor en Edimburgo, y luego en la Universidad de Yale.


El punto de partida es una denuncia antiacadémica: no hay diálogo entre los que se dedican a las Humanidades o a las Ciencias Sociales, porque eso exige compartir un acuerdo mínimo, sobre qué es el hombre, qué es la verdad y cuáles son los criterios de racionalidad.

La explicación de cómo se ha llegado a esta situación está sintetizada en el origen y desarrolló de tres tradiciones de pensamiento contrapuestas y divergentes. El autor examina estas posiciones a través de tres obras paradigmáticas de fin del siglo XIX.

En primer lugar, la “Enciclopedia”, en su versión de la Novena Edición de la Enciclopedia Británica (1873). Es el resumen del mito del liberalismo ilustrado, con pretensión de objetividad y de una visión unificada de la ciencia bajo criterios de racionalidad, que deberían ser aceptables por cualquier persona ilustrada. A esta visión correspondió en la práctica la moral victoriana, y el residuo que llegó hasta nuestros días es la ética positivista, donde lo que cuentan son los hechos sociológicos, el consenso social.

En segundo lugar, la “Genealogía”, en la obra de Nietzche La Genealogía de la Moral (1887). Nietzche rastreó el origen de la moral puritana, desenmascarando las pasiones que detrás de ellas se ocultaban. En la misma operación, quiso destruir toda verdad y toda ética, desde Sócrates. Lo que ha quedado a través de los discípulos postnietzcheanos es el irracionalismo, o peor, el inconformismo radical comercializado.

Por último, el autor presenta en la Encíclica Aeterni Patris, de León XIII (1879), la síntesis que Santo Tomás realizó del aristotelismo y del agustinianismo. Denomina a esta postura como la “Tradición”, no en el sentido de tradicionalismo, sino como requisito del saber científico, que sólo se da en una comunidad de aprendizaje porque tiene mucho de “ars”, oficio que se aprende con la guía de un maestro y ejercitándose en las virtudes. La Suma Teológica, con su método narrativo propio, es un ejemplo de cómo esta tradición recoge los avances hechos hasta el momento y está abierta al perfeccionamiento futuro, sometiendo sus argumentos continuamente a prueba, a “falsabilidad” (Popper).

En sucesivos capítulos, el autor pone a prueba las tres versiones rivales, demostrando desde dentro de la Enciclopedia y de la Genealogía la inconsistencia de su propia argumentación. En cambio, la vigencia del tomismo queda reforzada, confrontando con esas dos posiciones. Puede aspirar a un saber unitario donde la Ética no sea una ciencia aislada, sino integrada en la Metafísica y articulada con los saberes humanísticos. El nuevo tomismo tiene por delante dos desafíos: redescubrirse a sí mismo como tradición viva, y adentrarse en las versiones rivales para integrar lo que sea rescatable. La comunidad de aprendizaje donde se cultiven tradiciones de pensamiento opuestas debe ser una universidad renovada, que institucionalice además el debate haciendo explícitos los desacuerdos.

Se trata de un libro inquietante, porque va al fondo de las cuestiones culturales presentes sin pretender el asentimiento de todos, y porque admite varias lecturas diferentes.

Una lectura posible es el desarrollo de la Historia de la Filosofía Moral, para descubrir cómo se podría estudiar hoy la Ética, porque la academia oficial la ha hecho inviable.

Otra lectura es la de la búsqueda de criterios de racionalidad en la Moral, con el mismo método de Santo Tomás, en una versión modernizada, examinando rigurosamente, desde dentro, los argumentos opuestos.

También podríamos leer en este libro una peculiar Historia de la Universidad. Cumplió su misión en París, en el Siglo XIII, cuando el aristotelismo y el agustinianismo desarrollaron su propio pensamiento, al mismo tiempo que lo confrontaban, permitiendo a Santo Tomás elaborar su síntesis. Desde entonces, la universidad nunca recuperó su condición de arena para el debate intelectual. Los voceros oficiales de la universidad actual no pueden dar razón profunda del sentido de la institución, ante las críticas externas. Le parece insuficiente la propuesta de Allan Bloom y de William Bennett, de volver a Los Grandes Libros, porque no responden a una única tradición cultural, sino a varias: los libros hay que leerlos tomando partido.

En el estilo de MacIntyre hay una implícita descalificación de los métodos académicos vigentes, evitando las demostraciones de destreza profesional para ir directamente a las cuestiones medulares.

sábado, 18 de diciembre de 2021

¿Cuál es el principal problema que tendrán las escuelas en 2022?

Hice esta pregunta a un numeroso grupo de directores y representantes legales de escuelas  de toda la Argentina, desde Puerto Iguazú hasta Caleta Olivia.

 La respuesta casi unánime fue “las consecuencias de la pandemia, del encierro, del aprendizaje a distancia”. Porque hay muchos alumnos con problemas socioemocionales leves o agudos, a los que se suman los aprendizajes deficientes por no asistir a la escuela. También los docentes que trabajaron duramente se sienten agotados, lo mismo que los directivos. Y en las familias con hijos en edad escolar  repercuten estos dos años que demandaron esfuerzos no previstos y para los que nadie estaba preparado.

En bastantes casos estos efectos negativos se superponen con la satisfacción de haber superado límites personales o institucionales, aprendiendo el uso de los recursos informáticos para seguir educando, y adquiriendo la flexibilidad para adaptarse a los requerimientos de las autoridades educativas, que no siempre hicieron gala de sentido común.

Desafíos principales para 2022

De cara al próximo año escolar, se presentan entonces dos desafíos principales: atender y encauzar los impactos socioemocionales de los actores involucrados, y al mismo tiempo idear modos de recuperar los contenidos que no aprendieron los alumnos. Estos últimos no son solamente contenidos académicos, sino también  hábitos para el estudio, el trabajo y la convivencia, que se ejercitaron poco y nada durante dos años.

Sobre estos temas tuve una sustanciosa charla con Mabel Kennard, directora del Poplars School, de Río Gallegos. Sus objetivos prioritarios para 2022 son los siguientes:

1) En lo pedagógico, recuperar y fortalecer aprendizajes.

2) En lo socioemocional, ayudar a restablecer el equilibrio personal

3) En lo vincular-relacional, trabajar para volver a conectar entre sí a los alumnos, a los docentes con sus alumnos, a las familias con el colegio.

Esto es responsabilidad social educativa

Como la tarea que se presenta es abundante, hay que sumar aliados, que pueden ser algunos docentes, padres y funcionarios más preparados. Es buen momento para compartir inquietudes y recursos con colegas y con otras escuelas. Se puede distribuir material sobre estas cuestiones que se está produciendo en todo el planeta.

Espero que los lectores de este blog adviertan que todo lo dicho en esta entrada es muestra acabada de la responsabilidad social de las instituciones educativas, una responsabilidad que va mucho más allá de la alfabetización y la aritmética.  Tienen que ser rápidos de reflejos para atender las necesidades de sus Stakeholders, y para movilizar los abundantes recursos de que disponen en sus instituciones.

domingo, 21 de noviembre de 2021

El futuro de la Responsabilidad Social Educativa (I)

El 11-XI-2021 fui invitado a hablar del futuro de la RSEd en las III Jornadas de RSEd,


organizadas por el FERSE (link), de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid.

El FERSE es el  Grupo de Investigación de Alto Rendimiento en Fundamentos de la Educación y Responsabilidad Social Educativa, y por su interés en la RSEd estoy en contacto cercano con ellos.

A continuación, un resumen de lo que dije.

Pienso que la RSEd tiene un enorme futuro, no es una moda : las instituciones educativas tienen una responsabilidad que no pueden eludir. Las escuelas no pueden vivir en una burbuja y las universidades no pueden encerrarse en una torre de marfil. Al hablar de instituciones educativas nos referimos a todas ellas, pero puse el foco  concretamente en las escuelas, porque sería de mayor interés para los profesores y alumnos participantes.

¿Por qué no pueden eludir la RS? Porque producen impactos más allá de sus muros –en familias, en vecinos, en empresas, en otras IE, en organismos públicos, en la sociedad en general- y tienen la obligación ética de que esos impactos sean positivos y de minimizar los impactos negativos.

Del mismo modo que las personas somos responsables de los actos libres que hacemos, todas las organizaciones deben responder de sus decisiones: sean empresas, ONG, sindicatos, organismos públicos, bandas de rock, o clubes de fútbol. En el campo educativo  hay mucho por hacer, porque las IE, muchas veces se contentan con incorporar unas clases sobre educación ambiental, que es solo uno de los componentes del desarrollo sostenible que el mundo necesita. Para promover el desarrollo humano en bastantes casos las escuelas organizan alguna jornada de acción social, muy meritorias, pero tan escasas. Yo pienso que la RSEd va mucho más allá, porque su objetivo es que sean el motor del desarrollo sostenible de su comunidad local.

¿Cómo puede una escuela ser el motor del desarrollo sostenible  de su barrio o comunidad local? Nuestra propuesta es que la escuela tenga un Plan que involucre a la institución educativa y a su comunidad, para ser socialmente responsable en toda su actividad. Que en las aulas se enseñe lo que la institución practica en su gestión:

-que sea responsable por tanto de que el personal no docente avance y culmine sus estudios secundarios o terciarios;

-de que los vecinos, proveedores y  comerciantes puedan beneficiarse de sus instalaciones y saberes,

-de brindarse cuando haga falta para ser lugar de reunión y debate ante problemas de seguridad, contaminación, infraestructura y convivencia.

-de no contaminar y contribuir a la mejora del arbolado, plazas y veredas;

-de no ser indiferente ante los miembros del entorno cercano que puedan padecer hambre, enfermedad, pobreza, falta de sanidad, soledad o discriminación.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible pueden ser una buena orientación para la gestión socialmente responsable de la escuela, mientras cumple su misión educativa. Porque la escuela tiene que practicar lo que enseña teóricamente, para no ser irrelevante.

Continuaremos en una próxima entrada.

viernes, 5 de noviembre de 2021

INSCRIPCION A LAS III JORNADAS DE RESPONSABILIDAD SOCIAL EDUCATIVA

INSCRIPCIÓN EN EL SIGUIENTE LINK:

INSCRIPCIÓN https://eventos.urjc.es/72193/detail/iii-jornadas-de-responsabilidad-social-educativa.html



III Jornadas de Responsabilidad Social Educativa

INSCRIPCIÓN -GRATUITA- ABIERTA HASTA EL 10 DE NOVIEMBRE.

El formulario está disponible en el QR
















Programa - El horario corresponde a España (4 horas de diferencia con Argentina)


11
Nov 2021
  • 10:15 - 10:30
    Bienvenida: Prof. Esther Ruiz
  • 10:15 - 11:30
    Mesa 1: Perspectivas históricas

    Modera: Prof. Sergio Román Aliste

    10.30hr-11.00hr. La Responsabilidad Social Educativa como fruto de la historia de la educación

                     Prof. Luis Manuel Martínez Domínguez

    11.00hr-11.30hr. La trascendencia universitaria en Alfonso X el Sabio

                       Prof. Covandonga Torres Assiego

    11:15 - 11:30 Comentarios y preguntas

                 

  • 11:30 - 11:45
    Descanso
  • 11:45 - 13:00
    Mesa 2: La educación femenina desde una perspectiva histórica

    Modera: Prof. Esther Ruiz Simón

    11.45hr -12.15hr La educación femenina en la villa de Madrid

                    Prof. José Enrique Anguita Osuna

    12.15hr -12.45hr Responsabilidad Social de la educación en cuanto a la igualdad real. Revisión histórica de la educación femenina en España en los inicios del siglo XX

                    Prof. Almudena Santaella Vallejo

    12.45-13.00hr Comentarios y preguntas

  • 13:00 - 13:45
    Mesa 3. Seneca y su postura sobre una formación socialmente comprometida.

    Modera: Prof. Esther Ruiz

    13.00hr-13.45hr Seneca y su postura sobre una formación socialmente comprometida.

                          Prof. Ana María Montero Pedrera

    13.45hr-14.00hr Comentarios y preguntas

  • 14:00 - 16:00
    Comida
  • 16:00 - 18:30
    Mesa 4: Prácticas actuales y perspectivas a futuro.

    Modera: Prof. Marta Gómez

    16.00- 16.30hr Educación y desarrollo.

                Sr. D. Ricardo Loy Madera-Secretario General de Manos Unidas

    16.30-17.00hr Experiencias escolares de huertos urbanos: proyecto FAO

                Prof. María Alejandra Brunet

    17.00-17.30 El futuro de las Responsabilidad Social Educativa

                Prof. Carlos Pujadas

    17.30-18.00hr Comentarios y preguntas

  • 18:00 - 18:15
    Clausura

    Prof. Esther Ruiz


lunes, 16 de agosto de 2021

¿Los directivos universitarios deben ser líderes en fluencia digital?

 Fluent digital leadership is now vital for every leader in higher education 

1. Los líderes en cada institución universitaria nos se pueden contentar con tener alfabetización digital, sino que tienen que tener fluidez digital. Y eso se consigue cuando se experimenta todo en ese entorno digital, como cuando la pandemia obligó a hacer una inmersión digital.

2. El segundo punto es que el liderazgo digital esté insertado en la cultura de la organización. " el liderazgo digital es asegurarse de que esté integrado en su cultura. Está incrustado en las venas de su organización ".

3. El tercer punto es tener una estrategia digital total. No es necesario ser un informático para comprender lo digital y la tecnología. "Solo necesita comprender cómo se aplica y dónde están los beneficios y las oportunidades ... esto es importante para que no haya un solo departamento ... ningún área en la que no puedan adoptar lo digital".

4. Explorar el horizonte futuro. “Estamos en la Cuarta Revolución Industrial; no hay duda de lo que se avecina. Es una aceleración de todo lo digital; Internet de las cosas, inteligencia artificial, la lista es interminable.

“Ese es el mundo al que nuestros estudiantes saldrán para una carrera de por vida. Si no les ayudamos a probar eso ahora, cuando estamos en la cúspide, en realidad los estamos defraudando. ¿Cómo debemos ajustar nuestro plan de estudios ... para darles una oportunidad en el futuro? "

Estas declaraciones se dieron en el contexto de un seminario, en el que todos los oradores coincidieron  en que "el liderazgo digital fluido es, por lo tanto, una prioridad esencial para el desarrollo de todos los líderes, en toda la educación superior.”

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Por supuesto que la tecnología digital ha asumido desde 2020 un protagonismo que no tenía.


Pero no puedo menos que recordar a Ortega y Gasset, cuando explicaba que no se puede ser un bárbaro especialista, que solo sabe de una pequeña parcela pero no tiene la perspectiva del mundo y la sociedad. Para eso recomendaba al universitario tener una idea actualizada de la biología y la filosofía, una imagen física del mundo, el proceso histórico de la especie humana. En fin, que un profesional universitario sea un hombre culto.….

Entiendo que para los líderes universitarios  la tecnología digital pasa a ser una herramienta que impacta en el ejercicio de todas las profesiones y en el modo de aprender. Y el que no esté en sintonía y no sepa valorar lo digital puede ser desastroso como líder universitario.
No tienen que ser informáticos, pero sí entender la tecnología y sus aplicaciones.

Lo que no está claro es cuánto es necesario saber, porque se trata de una herramienta que avanza diariamente, y por eso solo los expertos de cada área pueden seguirle el ritmo. Habrán de saber lo necesario para entender lo que expliquen los expertos de cada área del conocimiento en relación con lo digital.
Junto a esto, es imprescindible no olvidar que se trata de una herramienta, muy potente, pero que no dice nada sobre el mundo y lo humano. Para entender a la persona y a la sociedad hay que tener una formación humanista que no se quede atrás de esta urgencia digital, que es mucho más limitada en cuanto a la profundidad del conocimiento. No sabemos adónde nos pueden llevar los “bárbaros expertos en lo digital”, porque ellos tampoco se plantean la finalidad.
Como me comentó mi amigo Julio Durand, "Claramente hace falta darle sentido a las herramientas y eso es un desafío para liderar educativamente la universidad".

martes, 20 de julio de 2021

ÉTICA PARA POLICÍAS

 Me dió mucho gusto impartir una clase de Ética a un grupo de policías municipales, recién incorporados, en su Escuela de Policía Municipal. 

Algunos de los temas conversados: 

-Los policías pueden ser maestros de ética cuando colaboran en la educación ciudadana, enseñando lo que está bien y está mal. Con razones, no intimidando, aún cuando tengan que sancionar.

-Elegir qué tipo de persona quieren ser, porque las acciones humanas nos hacen mejores o peores personas. 

-El trabajo de policía como empleo, carrera, vocación. Seguramente comienzan con esperanzas y ganas de trabajar bien. Pueden perder ilusión al ver que no se cumplen todas las expectativas. No es excusa, hacer todo el bien posible.

-Relaciones con personas: conflictos con autoridades, compañeros, vecinos, etc. La regla de oro de la Ética: no hagas a otro lo que no quieras que te hagan a vos. La dignidad de cada persona

-Minicasos de coima y soborno. La regla de la cooperación al mal.

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Puede parecer una gota de agua en el mar, pero no es así, porque se trata de la vida, la conciencia y la felicidad de unas personas lo que se juega en estas verdades sencillas. 


martes, 22 de junio de 2021

Carta Magna de las Universidades 2020

 

Nueva versión de la Carta Magna de las Universidades (MCU)

El 17 de junio de 2021 se lanzó la versión 2020 de la Carta Magna de las Universidades (MCU). Se trata de un documento con título en latín, que fue firmado originalmente por 388 rectores en 1988, al cumplirse el 900 aniversario de la Universidad de Bologna. De Argentina, hasta la fecha lo firmaron 8 universidades privadas y 6 estatales.

Contiene principios de libertad académica y autonomía institucional, que siempre han sido muy apreciados como inherentes a la universidad, y se reafirman en la nueva MCU.

En aquel año se quiso mostrar que Europa existía más allá de sus divisiones –todavía estaban en pie el triste Muro de Berlín y el Telón de Acero- y que perduraba desde hacía casi mil años, en particular a través de sus universidades, las instituciones que moldearon sus valores y objetivos de largo término.

El acto de 1988 en Bologna

Me parece valioso transcribir la descripción del acto del 18-IX-1988 en Bologna, que recoge el Observatorio de la Carta Magna de las Universidades  (link).

Unos 500 líderes universitarios habían sido invitados a unirse, con toga y colores, a la función académica organizada en la Piazza Maggiore de la ciudad vieja, a unos cientos de metros del Archiginnasio, la antigua sede de la Universidad. El poder de la inteligencia, es decir, la capacidad de vincular elementos del conocimiento de manera innovadora para el desarrollo social y científico, estaba recordando a sus socios en la sociedad - el gobierno, la iglesia, los ciudadanos, representantes del comercio y la industria -, todos ellos presentes en la plaza como observadores comprometidos, que sus medios y fines están en el centro de la mente y el comportamiento europeos, porque representan una forma de vida y de pensamiento compartidos. Los participantes procedían de toda Europa, Oriente y Occidente, así como de lugares distantes del planeta donde el concepto de universidad había migrado a lo largo de los siglos, de América a Asia, de África a Australia. La solemnidad del ritual, el esplendor del lugar, la belleza de la música y de los textos compuestos por miembros de la Universidad de Bolonia - desde Dante hasta Umberto Eco - dieron un renovado y eufórico sentido de identidad a la comunidad de educación superior en Europa, y más allá, en la medida en que se refiera a principios y normas de trabajo similares.

 

En la nueva versión de la Carta se pone el acento en dos aspectos que cobran actualidad ante los cambios sociales: por un lado, que la esencia de la institución universitaria es idéntica para todo el mundo; al mismo tiempo, se hacen más amplias y urgentes las responsabilidades de la universidad ante las necesidades locales. Es una afirmación escueta, que evita entrar en ningún detalle de esas responsabilidades sociales: “Las universidades reconocen que tienen la responsabilidad de comprometerse y responder a las aspiraciones y retos del mundo y a las de las comunidades locales que sirven, para el beneficio de la humanidad y contribuir a la sostenibilidad.” (link a la Carta Magna).

Acerca de dogmas y libertad académica

A propósito de la libertad académica dice la Carta : “A medida que crean y divulgan conocimiento, las universidades cuestionan dogmas y doctrinas establecidas y promueven el pensamiento crítico en todos los estudiantes y académicos.” 

Con respecto a dogmas y doctrinas establecidas, me parece pertinente hacer notar que las creencias religiosas habitualmente se concretan en unas pocas definiciones de lo que los creyentes creen, y que sirven para no confundirlas con lo que cada uno opine. Creencias o dogmas que la universidad tiene que respetar porque corresponden al ejercicio de la libertad religiosa. Otra cosa muy distinta es tratar de imponer un pensamiento único en cuestiones políticas, culturales o económicas. Para que quede claro pongo un ejemplo de lo que sucede a profesores de las universidades chinas: ““Muchos de estos profesores de la parte continental serán miembros del Partido Comunista Chino cuyo juramento de membresía incluye, entre otros, "llevar a cabo las decisiones del Partido, estrictamente observar la disciplina del Partido, guardar los secretos del Partido y ser leal al Partido ". La lealtad al partido triunfa sobre todo, incluida la libertad académica "(link)

Se trata en este caso, como si fueran definiciones religiosas, de “dogmas comunistas”, dictaminados por el Partido, que no se pueden discutir en las universidades chinas. Mientras no cambie este totalitarismo, no podrían firmar la Carta Magna de las Universidades.




domingo, 6 de junio de 2021

Universidades sin presencialidad y en silencio total!!

Un artículo de Héctor Ghiretti"Educación presencial: el atroz silencio de la universidad" 
(link), desnuda el inexplicable silencio de las universidades después de un año y medio sin presencialidad.

Lo que la sociedad espera de las universidades es que hagan el aporte más reflexivo y profundo ante los cambios y sucesos importantes. Que iluminen el sentido de lo que ocurre, que abran horizontes cuando una pandemia planetaria oscurece el presente y el futuro. En las universidades están los investigadores y profesores a quienes se les paga para que piensen, enseñen, escriban, difundan. Por supuesto que hay esfuerzos individuales de algunos de ellos, que a través de Zoom cumplen como pueden su misión. Pero ese esfuerzo individual no trasciende y mucho menos se observa un esfuerzo institucional, ante un problema que afecta a todos los niveles educativos.

Parece que la conclusión de Ghiretti es acertada: " La virtualidad ahorra costos, simplifica la gestión, silencia conflictos y reduce riesgos. Negocio redondo."

Escribe el autor que hay aspectos que suelen pasarse por alto, como si en la universidad la falta de presencialidad no afectara: pero "el déficit de conectividad es similar a otros niveles educativos. La virtualidad es casi una cosa de élites en un país en proceso acelerado de pauperización. Otro actitudinal: las condiciones propias de la virtualidad no favorecen las disposiciones necesarias para los procesos de aprendizaje. Uno relacional: la cancelación de la convivencia universitaria como primera socialización adulta supone un gravísimo déficit para la formación de los jóvenes. Finalmente los problemas que plantean las instancias de evaluación. Se cree que la universidad “sigue”, y no es así."

Los alumnos y las agrupaciones estudiantiles

Al mismo tiempo sorprende el absoluto quietismo de las agrupaciones estudiantiles, un gremialismo que "nunca promueve una mayor exigencia académica, sino todo lo contrario. Pero más allá de la militancia, los alumnos no pueden trascender su propio interés corporativo, determinado por la universidad como centro de expedición de títulos habilitantes: quieren aprobar exámenes y graduarse a cambio del menor esfuerzo posible. La virtualidad, por muchas razones, reduce esas exigencias. Los alumnos universitarios reconocen que aprenden poco y mal pero en su esquema de costo-beneficio prefieren las clases en casa. Una encuesta reciente en Italia ha sido elocuente en este sentido."

Los docentes

En lo que hace a la designación de profesores universitarios "predomina una lógica clientelar: se ha ido formando un vasto ejército de docentes de dedicación simple, es decir, profesionales que por alguna razón complementan su actividad principal con la docencia universitaria. El resultado es un claustro mal pagado, poco comprometido y escasamente predispuesto a asumir plenamente el oficio universitario. Si se suspenden las clases presenciales, tanto mejor."

Como es sabido, los gremios docentes se mueven por una lógica partidaria, "así que en este contexto político la suspensión de la presencialidad les permite evitar la presión que recibirían de parte de las bases por la brutal destrucción del salario docente".

Las  autoridades universitarias y la pandemia

"La universidad pública argentina ha renunciado a guiarse por indicadores de eficacia institucional y función social comprobable. El promedio nacional de egresados en relación con ingresantes es de los más bajos del mundo: en torno al 30%  En este contexto la preocupación principal de los directivos es la puja por porciones crecientes de presupuesto, sin estar por ello obligados a mostrar resultados o ajustarse a criterios de excelencia."

Termina Ghiretti con una conclusión lapidaria: "Excepciones a este panorama existen, naturalmente. Pero el estado general sigue estas líneas maestras. El sistema universitario argentino es ineficaz, obsoleto, elitista, hiperburocratizado y caro. Y va a peor. Mientras tanto, repite la consigna de la educación universitaria pública, laica, gratuita y de calidad, reproduciendo un complejo ideológico fatal, una falsa conciencia de sí."

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Por mi parte adhiero a las consideraciones de Ghiretti. Este blog es sobre la responsabilidad social de las instituciones educativas, y  después de un año y medio de silencio e inacción, me parece pertinente pegar un grito y reclamar a las universidades.



jueves, 22 de abril de 2021

PANDEMIA ESCOLAR: LOS PROTOCOLOS SON IMPORTANTES…PERO EL ACTO DE APRENDER … INDISPENSABLE.

El coronavirus ha desafiado a los gobiernos poniendo en tensión a los sistemas sanitarios, demostrando que los países que han reconocido al vinculo salud-educación  son los que mejor se han adaptado a la “nueva normalidad” Por lo tanto solo aquellos sistemas educativos que aseguraron la concurrencia  a las  escuelas lograron cuidar  y fortalecer   a los  alumnos y maestros asegurando su  bienestar físico, mental y social    con   experiencias de procesos de enseñanza-aprendizaje que resignificaron  el aula ante una realidad inédita,  

 En la  actualidad parecería ser que las instituciones educativas, preocupadas y ocupadas en


asegurar el cumplimiento de protocolos para el  funcionamiento, estarían olvidando que su esencialidad consiste en el ACTO DE APRENDER.  En este sentido, es importante que equipos directivos y docentes estén atentos a los cuidados sanitarios, pero es imprescindible que cada   encuentro escolar   evidencie   un nuevo aprendizaje.

En nuestra opinión, este es el momento de redireccionar el rumbo y poner el foco en la insustituible tarea educativa. Es necesario que las autoridades educativas propicien la autonomía institucional, y con políticas claras, alienten y acompañen a los equipos directivos a liderar procesos en los que los acuerdos entre alumnos y docentes demuestren qué y cómo se aprende en el contexto de una emergencia sanitaria.  Asimismo, reemplazar el agobio  producido por los miedos, el aislamiento, el exceso de tecnología y burocracia por armonía y certidumbre , puede ser estratégico para que la creatividad y el entusiasmo se apropien   del aula, reconociendo a la pandemia como fuente inagotable de oportunidades de nuevas enseñanzas aprendizajes.

Es momento de confiar en el compromiso de cada comunidad educativa y en su capacidad para realizar alianzas con el entorno, estimulando protagonismos   propios capaces de mejorar y transformar la realidad. Solo con la participación activa de todos en la construcción de propuestas áulicas y proyectos educativos cotidianos se logrará recuperar la virtuosidad de la presencialidad para el logro del conocimiento.

Mónica Lescano