Comenta
una encuesta realizada
este año por el Ministerio de Educación entre chicos de 11 a 18 años,
que parece contradecir esa visión que
asocia a los estudiantes con la transgresión.
Transcribo
3 párrafos del artículo y recomiendo su lectura y discusión en la familia y la
escuela.
Casi ninguno cree que usar ropa de
marca, saber mucho de Internet o "hablar bien" te vuelva respetable.
Las conclusiones del estudio revelan que tener prácticas solidarias, un buen
desempeño en la escuela y "vestirse bien" (más allá de la marca o
calidad de la ropa) son los factores que determinan -según las respuestas de
los chicos- que un adolescente sea "querido/a y reconocido/a por
todos".
Estos chicos no quieren pedir lo
imposible, porque eso ya lo piden sus padres, maestros y dirigentes. Ellos
quieren profesores que enseñen, padres que los cuiden y les marquen un camino,
dirigentes que mejoren la vida cotidiana de la sociedad, no mucho más que eso.
Probablemente haya llegado la hora
de entender que parte de la responsabilidad social es ocupar un
"rol", de padres, maestros, jueces, dirigentes. Eso implica, más allá
de la libertad de cada uno, entender que tenemos una función en la sociedad,
que opera como referencia para los demás. Y esto no quiere decir volver a los
roles del pasado, porque en este recorrido de flexibilización, acercamiento,
horizontalidad, ellos y nosotros hemos ganado mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario