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viernes, 16 de marzo de 2012

Escuela-empresa-universidad. Confianza, la clave para articular intereses sociales

En  agosto del 2011 un profesor de la Universidad de Montevideo (Uruguay) recibió un llamado del Decano de la Facultad de Economía de aquella universidad. La razón de la llamada era el interés mostrado por una empresa textil del departamento de Flores de apoyar la Enseñanza Primaria en el departamento donde se encuentra su planta. Éste era al menos su objetivo inicial. La empresa además de colaborar con la educación en su zona de influencia gozaría de los beneficios que establece  la ley 18.803 para las donaciones especiales.

Este primer objetivo de ayudar a la Enseñanza Primaria de Flores se traduciría, a corto plazo, en una interesante suma de dinero para  material pedagógico para dos escuelas de Trinidad (capital departamental). Pero, dado el interés de la Universidad de Montevideo de captar alumnos para su Magisterio Bilingüe, se planteó la posibilidad de buscar candidatos del departamento interesados en la docencia que pudieran comenzar en la carrera con el apoyo económico de la empresa textil. De este modo, a partir del interés de la empresa por la educación en Flores surgiría otro apoyo pero esta vez a largo plazo, la posibilidad de formar docentes de primer nivel, con el atractivo y la novedad del Magisterio Bilingüe.

Sin embargo, no todo fue tan fácil. Ahora faltaba quizá lo más importante, encontrar candidatos entusiasmados con la oportunidad de ir a Montevideo a estudiar esa carrera. El hecho se tornaba aún más difícil al considerar que Flores es el departamento menos poblado de Uruguay. El personaje clave para resolver este problema resultó ser Karina Sena, una señora oriunda de Flores con 3 hijos en la Escuela N°1 de ese departamento que este año termina con sus estudios de contadora en la Universidad de Montevideo. Su aporte consistió en hacer aparecer varios candidatos y generar confianza en ellos y en sus familias. En otros departamentos en que se buscaban candidatos, aunque más poblados que Flores, la búsqueda se desvanecía por la falta de confianza. La señora Sena resultó ser un referente para los interesados en hacer la carrera, mostró ser una figura de peso en esta historia y sobre todo fue su ascendencia en la sociedad de Flores la que logró romper con esa desconfianza que se suele ver hacia “lo nuevo”.

Así fue que finalmente Josefina Sena, Joaquín Curto y Luciana Rivero, todos chicos de Flores fueron los beneficiados y harán el Magisterio Bilingüe en la UM. Además de la empresa textil que se encargará del 40% de la matrícula y algunos costos del alojamiento, la Fundación Beisso-Fleurquin aportará el 50% de la matrícula. De esta manera la educación del departamento se ve favorecida a corto plazo con el apoyo económico a las dos escuelas de Trinidad y a largo plazo se invierte en que chicos de Flores vayan a Montevideo y en cuatro años puedan obtener su título y eventualmente ejercer su profesión en su ciudad natal.

4 comentarios:

  1. Me parece un ejemplo fantástico y actual de cómo pueden interactuar escuela, universidad y empresa. Y como bien señala Alfonso, la clave del buen resultado fue el rol de articular a los 3 actores, cumplido por una persona de confianza de todos ellos. Moraleja: para empezar cualquier acción que involucre a varios actores sociales, hay que buscar las personas de confianza de esos actores. ¿Y si no existe esa persona? mi opinión es que entonces alguien tiene que invertir tiempo en ganar la confianza de los demás que intervendrán. Tiempo, porque la confianza no se gana de un día para el otro, sino cuando se comprueba el comportamiento ético continuado.
    Aprovecho el tema para generar un poco de polémica, con la siguiente duda. Si para armonizar intereses sociales hace falta contar con una persona de confianza de las partes, ¿no estaremos promoviendo "la mala cultura del amiguismo"? Es aquello tan común en ambas orillas del Plata, que nos lleva a buscar un amigo que facilite las cosas, antes de hacer trámites ante una organización.

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    1. Muchas gracias por este artículo.
      Me parece muy innovadora esta manera de fomentar la educación desde un ámbio local (quizás sea una nueva alternativa frente a la tradicional dependencia educativa estatal). Además, porque esta metodología involucra instituciones esenciales de la sociedad como la empresa, la universidad y la escuela, quienes están especialmente interesadas y comprometidas con la educación y el progreso humano.
      Pero estimo que esta propuesta de responsabilidad social puede consolidarse y potenciarse –diría casi exclusivamente- si se halla mediada por una ética personal y social. De allí que el factor “confianza” sea imprescindible para este trabajo social mancomunado (considero que la confianza es el resultado de un conjunto de virtudes acreditadas como la lealtad, la responsabilidad, la solidaridad, etc.).
      Respecto a la cuestión que plantea Carlos me parece acertado considerar que con facilidad podamos pasar de la confianza al “amiguismo” para obtener beneficios más rápidos o mejores. Pero dicho pasaje sería el principio del fin porque estaríamos pasando de un acuerdo responsable a la complicidad y, a la larga, la ausencia de ética diluye cualquier tipo de compromiso social. Quizás es importante pensar que la ética es una apuesta a largo plazo para la realización del bien común.

      Ponendo como autoridad intelectual a Aristóteles recuerdo que la amistad perfecta es la de los hombres buenos y la de los que se unen por la virtud.

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  2. Martín Fernández escribe:
    Muchas gracias por este artículo.
    Me parece muy innovadora esta manera de fomentar la educación desde un ámbio local (quizás sea una nueva alternativa frente a la tradicional dependencia educativa estatal). Además, porque esta metodología involucra instituciones esenciales de la sociedad como la empresa, la universidad y la escuela, quienes están especialmente interesadas y comprometidas con la educación y el progreso humano.
    Pero estimo que esta propuesta de responsabilidad social puede consolidarse y potenciarse –diría casi exclusivamente- si se halla mediada por una ética personal y social. De allí que el factor “confianza” sea imprescindible para este trabajo social mancomunado (considero que la confianza es el resultado de un conjunto de virtudes acreditadas como la lealtad, la responsabilidad, la solidaridad, etc.).
    Respecto a la cuestión que plantea Carlos me parece acertado considerar que con facilidad podamos pasar de la confianza al “amiguismo” para obtener beneficios más rápidos o mejores. Pero dicho pasaje sería el principio del fin porque estaríamos pasando de un acuerdo responsable a la complicidad y, a la larga, la ausencia de ética diluye cualquier tipo de compromiso social. Quizás es importante pensar que la ética es una apuesta a largo plazo para la realización del bien común.

    Ponendo como autoridad intelectual a Aristóteles recuerdo que la amistad perfecta es la de los hombres buenos y la de los que se unen por la virtud.

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    1. Muy buena tu aportación, Martín. Así que estamos de acuerdo: hay que construir relaciones de confianza, aunque eso lleve un poco de tiempo, pero es el modo de articular relaciones institucionales y personales sólidas y éticas.

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