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lunes, 20 de agosto de 2018

¿Ser leal al jefe aunque sea un indeseable?


¿Tengo que  ser siempre  leal a los directivos, a las autoridades, a los alumnos, al sindicato, a los padres, a los accionistas?¿O la lealtad puede ser un vicio?
Una magnífica entrada en el blog de Argandoña link- nos puede servir para reflexionar sobre esta cuestión, que se plantea en las empresas y puede ocurrir también en las escuelas.
Me refiero a cómo analizar las conductas de los alumnos  que ocultan las malas acciones de sus compañeros, o de los empleados que miran para otro lado cuando advierten delitos de sus directivos, o de los maestros que se callan si ven una  conducta impropia o peligrosa de un colega o de un delegado sindical.
Explica Argandoña que la lealtad es una virtud, término medio entre el servilismo y la deslealtad, que se refiere al compromiso con el  bien de las personas o de una comunidad. Por eso, a veces se puede caer en el error de ser leal a lo que no es bueno. Dice el autor que La lealtad a la mafia no es lealtad a un bien que merezca ese nombre. Ni la lealtad a la empresa cuando esta roba, maltrata o se comporta criminalmente. Lealtad a la patria, por lo que tiene de bien la comunidad, no por lo que hace mal. Lealtad a los que mandan, porque hacen posible el bien de la comunidad, no en la medida en que no lo hacen. Lealtad, por tanto, implica sentido crítico (lealtad a qué o a quién, por qué y para qué). Detrás de algunas lealtades hay, en el fondo, egoísmo: soy leal a mi jefe, aunque sea un indeseable, porque me conviene.”
Recomiendo leer el artículo y después divulgar sus conceptos a los alumnos y a los demás actores de la comunidad educativa.

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