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viernes, 21 de marzo de 2014

Empresas y escuelas: una asociación necesaria

School-Business: necessary partnerships
The Stakeholders Magazine, of Peru , published in its March 2014 a dossier on business and education , including an article of mine (link) . It is encouraging that a publication addressed to the business world devoted many pages to collect testimonials and reviews of the contributions that companies should do to education. Is highlighted in most cases perceived urgency in Peru to improve the quality of education, but it is an observation that we can share in Latin America and in much of the world .
In this article there are good examples of projects and activities carried out by companies. But always about unilateral actions . The school receives support, but not an ally , and that the use is limited. None come to realize that the school is an organization with many opportunities to improve while also contributes to the development of the local environment , assuming social responsibility.

That's the approach I advise , in this article which I reproduce below .

La Revista Stakeholders, de Perú, publica en su número de marzo 2014, un dossier sobre empresas y educación, incluyendo un artículo mío (link )Es alentador que una publicación dirigida al mundo empresario dedique muchas páginas a recoger  testimonios y opiniones sobre los aportes que las empresas deberían hacer a la educación. Se resalta en la mayoría de los casos la urgencia que se percibe en el Perú para mejorar la calidad de la educación, pero es una observación que podemos compartir en toda Latinoamérica y en gran parte del planeta.

La educación de calidad y para toda la población es necesaria para que haya desarrollo sostenible. Es una afirmación que se impone universalmente entre los dirigentes sociales. En esta revista hay buenos ejemplos de proyectos y acciones llevados a cabo por empresas, individualmente o asociadas incluso con el sector público, y que han beneficiado a numerosas escuelas. Pero siempre se trata de  acciones unilaterales. La escuela recibe ayuda, pero no es una aliada, y por eso el aprovechamiento es limitado. No se ha caído en la cuenta de que la escuela es una organización con muchas posibilidades de mejorar mientras aporta también al desarrollo del entorno local, asumiendo su responsabilidad social.
Ese es el enfoque que aconsejo, en el artículo que publica Stakeholders, y que reproduzco a continuación.

Empresas y escuelas: una asociación necesaria

Pienso que una empresa puede ayudar a mejorar la calidad educativa de su entorno y del país, si es una empresa excelente y por lo tanto, socialmente responsable con sus stakeholders internos y externos.

En primer lugar la empresa puede ser una organización que contribuye a educar a todos sus grupos de interés, en los valores éticos y en las competencias que la distinguen. El Proyecto Tuning América Latina (ver recuadro) ha mostrado que el aprendizaje de la mayor parte de las competencias que el mercado laboral requiere, se realiza en la  empresa, no en las aulas. Por eso, hoy la empresa debería asumir esta dimensión educativa propia de su accionar.

En segundo lugar, entrando en relación con las escuelas cercanas, que son un destacado stakeholder de cada empresa. Y por supuesto, si la escuela tiene responsabilidad social, considera a las empresas de su entorno local, como importantes stakeholders. La competencia distintiva de la escuela es educar, enseñar, mientras que la empresa es especialista en capacitar  en las competencias del trabajo. ¿Por qué no pueden aliarse para complementarse y colaborar mutuamente, y de ese modo enriquecer la cultura de ambas organzaciones?
Algunos campos en los que podría darse esta cooperación:

La escuela puede ayudar a las empresas, especialmente a las pymes:
-a concretar actividades de voluntariado, que resultan altamente motivadoras.
-prestar/alquilar sus instalaciones para actividades de formación y recreación: campos deportivos, aulas, auditorio, material didáctico.
-capacitaciones in company y clases especiales que puedan ser útiles para los empleados y sus familias: apoyo escolar, completar la educación primaria y secundaria, programas culturales, artísticos,  informáticos, contables, etc.

La empresa puede ayudar a la escuela, especialmente en entornos vulnerables:
-colaborar con los maestros y profesores, aportando en las clases la visión de profesionales, supervisores y operarios.
-actividades de voluntariado para reparar, construir o mejorar los edificios e instalaciones escolares.
-pasantías y clases especiales para empleados, maestros, alumnos y sus familias, sobre las competencias para el trabajo.

En conclusión, hay que romper paradigmas: la empresa debería acercase a las escuelas de su comunidad local para asociarse, no sólo para  ayudar.

Las competencias que se requieren en el trabajo
El Proyecto Tuning, www.tuningal.org  relevó 27 competencias necesarias en la empresa, para el trabajo de los graduados universitarios. Sólo una se refiere a los conocimientos sobre el área de estudio y la profesión. La mayor parte de las otras 26 competencias  se adquieren en el trabajo, como las siguientes: Capacidad de aplicar los conocimientos en la práctica, Capacidad para tomar decisiones, Habilidades interpersonales, Capacidad para formular y gestionar proyectos, Compromiso con la calidad, Capacidad para organizar y administrar el tiempo,  Capacidad para motivar y conducir hacia metas comunes, etc..





sábado, 8 de marzo de 2014

Un Jardín de Infantes con Responsabilidad Social

A kindergarden that is Socially Responsible
María Elena Bertorello, teaches  kindergarten in Buenos Aires, and has taken the subject I teach in the Master in Management of Educational Institutions at  Universidad Austral. She describes an initiative that demonstrates the significant impact that can produce an educational institution of initial level,  especially at the local level: in this case, on the block where it is . 

María Elena Bertorello,  es docente del equipo de conducción de un Jardín de Infantes  en Buenos Aires, y ha cursado la materia que dicto en la Maestría en Dirección de Instituciones Educativas de la Universidad Austral. Describe una iniciativa que demuestra el gran impacto de RSEd que puede conseguir una institución de Educación Inicial, especialmente en el ámbito local: en este caso, en la manzana donde está su sede. 
Un Jardín de Infantes con Responsabilidad Social
Nuestro Jardín de Infantes tiene 33 años de trayectoria y se trata del Jardín de Infantes Dámaso Centeno (Sede Palermo). En los últimos años se nos presentaba la problemática de encontrar nuestra cuadra con indefinibles residuos de cualquier índole y procedencia. Fue en el marco de un Proyecto específico anual institucional: BASURA CERO (sobre la Ley 1854 de Responsabilidad Urbana) que pudimos trabajar con los stakeholders del Jardín (docentes, alumnos, familias, negocios, edificios, transeúntes, etc.)   Nuestra intención fue generar compromiso, ideas y acción a través de los objetivos y actividades de nuestro Proyecto Pedagógico, al que internamente denominamos: “BASURA CERO, EMPIEZA POR MÍ”.

Las docentes se pusieron al hombro este Proyecto con gran sentido de pertenencia, y planificaron actividades para lograrlo. Todos los nenes del Jardín confeccionaron un pasacalles que ilustraba, con el nombre de cada uno, el objetivo principal de nuestro proyecto. Confeccionaron flyers para entregar por el Barrio; hicieron tachos para clasificar la basura, organizaron una expo-Basura Cero invitando a las familias  a participar utilizando material de desecho.


Las salas de tres años salieron a la cuadra del Jardín repartiendo los flyers mencionados para enseñar y hacer conciencia; las salas de cuatro años, además de entregar estos flyers a las personas que pasaban por allí, fueron a los negocios del Barrio a entregar y firmar “El compromiso del buen vecino”. La aceptación de este compromiso fue muy significativa ya que no sólo lo firmaron, sino que lo expusieron en sus negocios con mucha alegría y deseos de   cumplirlo. Finalmente la sala de cinco años - “los más grandes del Jardín”-, se dirigió con mucha diligencia a los edificios y entregaron los mismos flyers (además de fomentar en las familias las tres R: Reducir, Reciclar, Reutilizar). Por su parte cada familia los llevó a sus edificios para repartirlos y continuar este camino de conciencia iniciado y hacer a todos, parte de este proyecto. Además, firmaron el compromiso y se los expuso en las aulas del Jardín.
Se evidenció un cambio en la imagen de la cuadra del Jardín, cambio que deseamos conservar y que se irá retroalimentando con el accionar de nuestra Institución frente a esta problemática. El grado de aceptación de todos los stakeholders que participaron, resultó altamente positivo. Fue un proyecto que nos enriqueció y nos posicionó como Institución generadora de Responsabilidad Social, aún sin haber tenido la intención de hacerlo. Continuaremos, desde nuestro espacio pedagógico, con este tipo de iniciativas.
Jardín Instituto Dámaso Centeno- Sede Palermo-
Equipo Docente y Directivo.




sábado, 1 de marzo de 2014

¿EN QUÉ ETAPA DE LA VIDA DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA CONVIENE HACER UN PLAN DE RSED?

El mejor momento para hacer un Plan de RSEd es antes del comienzo de la institución educativa. Por eso, los directivos que estén hoy a punto de iniciar una nueva institución, disponen de  una oportunidad inmejorable e irrepetible para:

  • agregar valor al proyecto
  • que la responsabilidad social forme parte del ADN de la organización, y no un añadido
  • que las personas que se irán incorporando encuentren que la cultura organizacional está caracterizada por la responsabilidad social; aunque será la primera vez que la encuentren en una institución educativa, les resultará fácil asumirla porque es anterior a su incorporación
En el mundo empresario se considera que toda empresa puede pasar por las etapas de inicio-crecimiento-madurez-reestructuración o declive: ver Figura 1.

Fig. 1-Ciclo de vida de una organización

Lo mismo les ocurre a las instituciones educativas.
¿En qué momento de su ciclo de vida está la organización a la que usted pertenece?
Es conveniente tener un Plan adecuado en cada etapa del ciclo: en la efervescencia del inicio, en la euforia del crecimiento, “cuando se hace la plancha” en la madurez, cuando llega la crisis. En mi opinión, si una institución educativa no tiene aún su Plan de RSEd, cuanto antes se lo proponga, mejor.

Un momento especial es aquél en el cual está por comenzar su declive: ha envejecido la institución y también sus directivos, se perdió el afán de innovar y mejorar, se evidencia falta de liderazgo y de proyecto, no hay motivación, las iniciativas mueren antes de ponerse en práctica.
En esta instancia, la propuesta de hacer un Plan de RSEd puede ser el disparador para alinear la organización con un objetivo motivador y sumar nuevos actores que no han sufrido el desgaste de los años recientes. Si ya empezó el declive o está por comenzar, es urgente encontrar un líder, o mejor, un equipo que pueda liderar el diseño participativo y la implementación del Plan de RSEd.