Translate

miércoles, 22 de mayo de 2013

“Hoy fue el día más feliz de mi vida”! dijo el chico al volver de la escuela

     Ayer un amigo me contó la siguiente historia. Su hijo de 10 años vino triste del colegio diciendo que el maestro explicó que la minería es muy mala porque contamina el ambiente. Mi amigo es ingeniero de minas y el próximo día que fue al colegio a buscar a su hijo, se ofreció al maestro a dar una clase sobre minería a sus alumnos. El maestro consultó al director y aceptó la propuesta. 
     Mi amigo se preparó bien, llevó  demostraciones de cómo funciona una mina en 3D, y  una caja con piedras conteniendo distintos minerales metalíferos.
     Reunieron a tres cursos, con 90 alumnos de 10 años, sus respectivos maestros y algunos directivos. Los niños estuvieron durante una hora y media con ojos admirados, escuchando, tocando piedras entusiasmados. Hicieron preguntas filosóficas, como “ud. es feliz en ese trabajo?” y “por qué el diamante es más caro que el oro?” Mi amigo disfrutó lógicamente, y pueden imaginar a su hijo, que no cabía dentro de su camisa.
    Al día siguiente le contó el padre de un compañero de clase, que su hijo había llegado ese día diciendo la frase del título: “Hoy fue el día más feliz de mi vida!”

Es una pequeña ilustración de cómo se enriquece el mundo escolar cuando la escuela interactúa con padres, con expertos, con el mundo real. Todos ganan:  los chicos, los maestros, las familias, la comunidad. Y la escuela ejerce su liderazgo como actor socialmente responsable.

Con palabras similares, aunque centrado solo en mejorar el aprendizaje, recojo aquí lo que
George Lucas
dice  el director de cine George Lucas, que creó la  Fundación edutopia (click aquí
). En su página web explica que su propia experiencia escolar fue frustrante: “A menudo estaba aburrido. La educación tradicional puede ser extremadamente aislacionista, el curriculum es muchas veces abstracto y no relevante para la vida real, los maestros y alumnos no tienen contacto habitualmente con recursos y expertos externos al aula, y muchas escuelas operan como si estuvieran separadas de sus comunidades” (ver aquí en inglés  )

Para iniciar un camino de responsabilidad social en la institución educativa es necesario apertura mental, como en la historia que encabeza este post. El maestro y el director de la escuela recibieron con calidez la propuesta de un papá, aunque la iniciativa no había partido de ellos, y les producía una pequeña complicación salir de sus rutinas. Son actitudes imprescindibles para el cambio. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario