El Colegio Madre Teresa (link) tiene 800 alumnos, que selecciona entre los que padecen
más carencias, en Virreyes, un barrio suburbano de Buenos Aires caracterizado
por la pobreza y la violencia.
Su
misión es dar educación de calidad, sin conformarse con aprendizajes mediocres,
para lo cual tendrían abundantes argumentos.
El
director de la escuela era el párroco del barrio, el P. Juan Pablo Jazminoy. La
promovió hace 10 años, con la ayuda de la empresa ALUAR-FATE y la continuó con
la ayuda de muchos educadores y donantes conseguidos con esfuerzo silencioso. El
Estado paga el 18% del presupuesto anual.
Un buen
indicador de la calidad educativa es que los alumnos se alfabetizan en primer
grado, cuando en comunidades más favorecidos a veces se alcanzan esos
resultados entre segundo y tercer grado. Marcela de la Fuente, la Representante
legal, me transmite otro indicador que no figura en estadísticas oficiales,
pero que es muy significativo: acaba de
regresar del viaje de egresados a Bariloche, con los 27 alumnos que se gradúan, y fue una experiencia
reconfortante, de actividades al aire libre, convivencia sana, sin alcohol ni
marihuana.
Le pido
a Cristina Carriego ,
la Directora de Primaria, una aguerrida doctora en Educación, experiencias para
transmitir a los educadores que enfrentan experiencias similares. Transcribo
algunas de sus ideas, tamizadas sin dudas por el fuerte impacto emotivo que me
produce esta visita.
-la
educación en entornos muy vulnerables se imagina a veces con un halo romántico,
pero se choca con una realidad de una dureza inenarrable. Aquí, parece que en
lugar de orientar el aprendizaje gestionamos el dolor en doble escolaridad, me
dice la Representante legal, con sencillez.
-hay
mucho escrito sobre la escuela en estas condiciones de pobreza, pero al llegar
al campo, la mayoría de esos libros transmiten un lejano discurso
político-sociológico-psicoanalítico, que sirve de poco.
-al
enfrentar tantas dificultades objetivas para educar, la tentación es contentarse
con brindar contención, que los chicos estén bien unas horas cada día. Pero es
necesario proponerse dar educación de calidad, que se consigue cuando se
trabaja duramente, se ponen los medios adecuados, hay motivación, competencia y
convicciones.
-los
maestros y profesores están apoyados por un equipo en la sección Primaria y
otro en la Secundaria, compuesto por trabajadores sociales, psicólogos,
fonoaudiólogos, psicopedagogos, maestras recuperadoras; no son
muchos pero trabajan mucho. La escuela interactúa también con muchas
organizaciones exteriores.
-hay
que atender a las familias de los alumnos, especialmente a las madres, que
acuden buscando apoyo, y que pueden ser aliadas en la educación de sus hijos.
-los
chicos viven en entornos en los que no hay proyecto personal ni futuro ni
autoestima. Durante todos los años de escolaridad se estimula su capacidad de
plantearse la propia vida como tarea. Tienen una orquesta, coro, teatro,
deporte, becas.
Por mi
parte, agrego que el Colegio Madre Teresa está demostrando algunas de las
claves para superar el que seguramente es el principal problema de la Argentina
y de Latinoamérica: la educación y la inclusión social en situaciones de
pobreza extrema.
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