Por Ariel Vulcano*
- Desde los años 1970 comienzan a
estudiarse las relaciones entre el trabajo docente y diversos
trastornos de la
salud.
Los cambios sociales y los avances científicos
de las últimas décadas se han visto reflejados de alguna manera en la relación
educando-docente, tanto por su enriquecimiento como en el aumento de la
complejidad de esta relación, la cual se ha amplificado y complejizado con la
mayor posibilidad de interacción educando-familia- docente.
Las enfermedades relacionadas con el ejercicio
de la docencia estuvieron casi desde siempre relacionadas con un padecimiento
docente por excelencia, los trastornos de la voz, instrumento de trabajo y de
comunicación imprescindible.
Pasaron muchas generaciones desde la ley 1420 (link) del año 1984, que reglamentó la educación en la Argentina; desde el docente “sano”, a la prevención de riesgo laboral en centros
educativos y las enfermedades laborales relacionadas.
Las
patologías en docentes
En las últimas décadas muchas de las
patologías prevalentes en la sociedad, como las llamadas
psicosociales (estrés,
depresión, bunr out, etc) y osteomusculares se ven reflejadas en el aula.
Con respecto a estas últimas, se pueden
considerar relacionadas con la actividad, las consecuencias del tiempo de
permanencia de pie y patologías preexistentes, como el pie plano, juanetes,
dismetrías de los miembros inferiores (una pierna más corta o más larga que la
otra) que pueden traer dolor en la región de los trocánteres, que la persona
refiere como dolor de cadera, las contracturas de los músculos para vertebrales
en toda la columna. Con el uso del pizarrón, dolores de hombro y de la mano,
como la aparición de túnel carpiano.
Hay un síndrome (conjunto de signos y
síntomas) al que se le llama fibromialgia, que presenta dolor generalizado,
trastorno del sueño y congoja, que une un poco las llamadas patologías psico
sociales y las osteomusculares, que requiere diagnóstico y tratamiento con
celeridad.
Estos ejemplos son para ilustrar someramente
que la salud y la calidad docente, a veces dependen de factores modificables con prevención y tratamiento y que deben ser considerados seriamente por los propios docentes, los directivos escolares, los sindicatos y las obras sociales.
*Ariel
Vulcano
Maestro Normal Nacional (1967)
Médico (UNLP), Especialista en Reumatología