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lunes, 16 de noviembre de 2020

La salud de los docentes en el aula: un punto de atención para directivos y docentes

 Por Ariel Vulcano* 

- Desde los años 1970 comienzan a estudiarse las relaciones entre el trabajo docente y diversos 

trastornos de la salud.

 Los cambios sociales y los avances científicos de las últimas décadas se han visto reflejados de alguna manera en la relación educando-docente, tanto por su enriquecimiento como en el aumento de la complejidad de esta relación, la cual se ha amplificado y complejizado con la mayor posibilidad de interacción educando-familia- docente.

 Las enfermedades relacionadas con el ejercicio de la docencia estuvieron casi desde siempre relacionadas con un padecimiento docente por excelencia, los trastornos de la voz, instrumento de trabajo y de comunicación imprescindible.

 Pasaron muchas generaciones desde la ley 1420 (link) del año 1984, que reglamentó la educación en la Argentina; desde el docente “sano”, a la prevención de riesgo laboral en centros educativos y las enfermedades laborales relacionadas.

 Las patologías en docentes


 En las últimas décadas muchas de las patologías prevalentes en la sociedad, como las llamadas psicosociales (estrés, depresión, bunr out, etc) y osteomusculares se ven reflejadas en el aula.

 Con respecto a estas últimas, se pueden considerar relacionadas con la actividad, las consecuencias del tiempo de permanencia de pie y patologías preexistentes, como el pie plano, juanetes, dismetrías de los miembros inferiores (una pierna más corta o más larga que la otra) que pueden traer dolor en la región de los trocánteres, que la persona refiere como dolor de cadera, las contracturas de los músculos para vertebrales en toda la columna. Con el uso del pizarrón, dolores de hombro y de la mano, como la aparición de túnel carpiano.

 Hay un síndrome (conjunto de signos y síntomas) al que se le llama fibromialgia, que presenta dolor generalizado, trastorno del sueño y congoja, que une un poco las llamadas patologías psico sociales y las osteomusculares, que requiere diagnóstico y tratamiento con celeridad.

 Estos ejemplos son para ilustrar someramente que la salud y la calidad docente, a veces dependen de factores modificables con prevención y tratamiento y que deben ser considerados seriamente por los propios docentes, los directivos escolares, los sindicatos y las obras sociales.

 *Ariel Vulcano

Maestro Normal Nacional (1967)
Médico (UNLP), Especialista en Reumatología